CAMBIO CLIMÁTICO Y EGOÍSMO POSITIVO.
El cambio climático ya está aquí. Y ha venido para quedarse.
Estos días se celebra en Glasgow, Escocia, la Cumbre del Clima 2021, la llamada COP26. En ella los diversos países asistentes, en el mejor de los casos, harán sus declaraciones de buenas intenciones. Un brindis al sol, sic, con escasas intenciones de llevarlo a buen puerto.
Mucho se ha criticado la ausencia del Presidente de China, principal contaminante mundial, cuya industria surte al resto del mundo. Su tasa de contaminación (30%) dobla con creces a Estados Unidos (13,4%)
Muy comentada ha sido la declaración de La India (que genera un 6,8% de la contaminación mundial) de alcanzar las cero emisiones en 2070. Un plazo a todas luces excesivo, pero posible, y lamentablemente realista.
Rusia, (con casi un 5% de cuota contaminante) tampoco ha considerado oportuno enviar a su Presidente a la cumbre, por lo que no se espera adopte medias correctoras respecto a sus emisiones.
https://www.forbes.com.mx/economia-10-paises-contaminantes-mundo/
El Calentamiento Global ya es un hecho. El cambio Climático una certeza.
Los últimos seis años han sido los más cálidos registrados desde 1880, según un comunicado de prensa del 15 de enero de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y 2016, 2019 y 2020 fueron los tres primeros. 2020 estuvo 1,2°C por encima de las temperaturas de la era preindustrial (1880).
Las ciudades ‘sobrecalentadas’ se enfrentan a costes climáticos «desproporcionados» por el efecto ‘isla de calor’, que puede elevar la temperatura media de las ciudades hasta 4 grados centígrados (ºC) de aquí a final de siglo. Estos núcleos urbanos se calientan al doble de ritmo que la tasa promedio mundial.
Las emisiones de Co2 no han cesado de crecer de modo alarmante en los últimos años. Salvo por el paréntesis de la pandemia mundial por Covid-19 que consiguió rebajarlo hasta los 34 millones de toneladas anuales. Actualmente ya se ha recuperado el impulso hasta situarlo por encima de los 36 millones de toneladas.
https://es.statista.com/estadisticas/635382/emisiones-historicas-de-co2-globales/
Solamente en España, las consecuencias del Cambio Climático supondrán en los próximos años un incremento medio de 30 cm en el nivel del mar, que puede llegar al medio metro en 2080.
El incremento del nivel del mar está directamente relacionado con la emisión de gases de efecto invernadero. Naturalmente, la desaparición de glaciares y licuado de las reservas polares de agua están detrás de ese aumento.
Pero quizá la amenaza más grave sea la liberación por deshielo, de bacterias y virus que han permanecido inactivas durante miles, o cientos de miles de años:
https://www.businessinsider.es/deshielo-artico-podria-desencadenar-oleadas-virus-antiguos-673711
A este aumento del nivel de agua de mar, hay que añadir la consiguiente disminución de las reservas de agua potable, y la alternancia de periodos de sequía con los de lluvias torrenciales. Algo que, como sabemos, ya se está produciendo actualmente. El ciclo hídrico, incapaz de absorber ese «exceso» de agua lo expulsa en forma de precipitaciones desproporcionadas.
A los efectos devastadores de una sequía, muchas veces previa, (Sobreexplotación de acuíferos, pérdida de cosechas, incremento del precio de los alimentos) se añaden posteriormente los daños causados por el desbordamiento de ríos y cauces (inundaciones, pérdida de inmuebles, daños personales, vertido descontrolado de residuos). Incluso en ocasiones los efectos de la sequía y la inundación son coincidentes.
Y todo ello sin entrar en el desastre ecológico que ello supone, afectando a la flora y fauna de la zona afectada, que pierde su hábitat natural. Éstas son las especies que más tardan en recuperarse, pues si las ayudas públicas apenas llegan a las personas, aún lo hacen menos al resto de seres vivos afectados.
Actualmente, ninguna persona con un mínimo de entendimiento es capaz de negar que el Cambio Climático ya se está produciendo. El incremento progresivo de las temperaturas es palpable. Los fenómenos meteorológicos de resultado catastrófico (Lluvias torrenciales, periodos de sequía, Olas de frío, pero más de calor, que dejan registros históricos).
El comentario general es que «El tiempo está loco«, una forma coloquial de resumir que no sabemos lo que está pasando. Sin embargo la población cada vez es más consciente de las causas de esos «desequilibrios. Así más bien, el que parece estar «loco» es el que conociendo la información, a todas luces evidente, no hace nada para cambiarlo.
Por eso resulta tan desalentador que los mandatarios mundiales presentes en la Cumbre del Clima 2021, los que al menos han acudido a hacerse la foto, tengan comportamientos tan tibios ante un problema de tal magnitud.
Combatir el Cambio Climático es un acto de egoísmo positivo.
Lleva años conseguir que toda una población modifique un conducta. En España, las generaciones actuales de menos de cuarenta años tienen, en su mayoría, interiorizada la conducta del reciclaje, fruto de años de educación ambiental.
Pero resulta muy difícil imponer esa conducta, digamos, a países que no han disfrutado como nosotros de casi dos siglos de contaminación indiscriminada. (Como puede ser el caso de la India).
El problema es que no hay margen de maniobra. La lucha contra el Cambio Climático es un camino de largo recorrido, pero debe comenzar ya con acciones directas que pasen por un cambio de hábitos. Tratar de preservar el planeta en condiciones habitables es el mejor acto de egoísmo positivo que una persona puede realizar. Y no sirve que yo lo realice pero mis vecinos no, porque entonces el esfuerzo será en vano. El planeta es un gran espacio común del que todos debemos cuidar, por nuestro propio interés. Es hora de ser egoístas, cuidemos lo que es nuestro.
Por poner un ejemplo, a nadie en sus cabales se le ocurriría arrancar las puertas de madera de su edificio para calentarse. (Como hemos visto en ciertas imágenes de barrios marginales, o viviendas abandonadas).
Pues eso es lo que, a grandes rasgos, hacen los países contaminantes. Lo que de paso enlaza con las falsas energías verdes, como la biomasa, que generan gran cantidad de Co2 y residuos sólidos.
Existe una preocupante divergencia entre lo que piensa la población general y lo que manifiestan los representantes políticos en estas cumbres del clima.
La activista sueca Greta Thunberg, gran protagonista de este tipo de movilizaciones, que hoy precisamente y también el sábado participará en dos de estas manifestaciones convocadas en Glasgow y que ayer calificó en redes sociales como la cumbre «más excluyente» jamás celebrada, «un festival de lavado de imagen verde» y «dos semanas de ‘bla, bla, bla’ por parte de los políticos».
A la actual situación de emergencia climática se une el hecho de que, al menos en España, los Consejos de Administración de las empresas energéticas de nutren de la cartera política. Un factor que no influye positivamente a la hora de cambiar las políticas energéticas, si no van acompañadas de un beneficio económico para esas empresas.
El incremento diario de precios de la energía eléctrica y los combustibles fósiles; incluso la amenaza de un «apagón energético», deberían ser incentivos económicos más que suficientes para plantearnos la viabilidad de nuestro «estilo de vida». Incluso hasta que punto nuestros representantes políticos representan nuestros intereses.
Por si esto no fuera suficiente, la «Tormenta perfecta» alentada por la Pandemia Mundial Covid-19 (Que muy probablemente guarda relación con el Cambio Climático) ha derivado en una Crisis de Materias Primas que amenaza con privarnos del vidrio de las botellas de alcohol para Navidades. Algo que ningún español quiere que falte en su mesa, en cualquier celebración.
(Hemos querido terminar este artículo con una nota de humor, dado que el asunto tratado ya es suficientemente serio)
Fuentes: Para la elaboración de este artículo se han manejado diferentes fuentes, que se consideran fidedignas, la mayoría de las cuales se citan en los propios enlaces que ilustran y completan el texto.